¿Qué debo saber sobre el Linfoma?

Por: Dra. Evelin Mena Toribio
Médico Internista – Hematóloga de adultos
| Departamento Hematología INCART


15 Septiembre Día Mundial del Linfoma

El linfoma es una enfermedad de la sangre que aparece cuando los linfocitos T o B, en diversos estados de maduración manifiestan algún tipo de defecto que, prolonga su vida de manera anormal y hace que se reproduzcan de forma descontrolada. En general los linfomas son más frecuentes en los hombres que en las mujeres y la mayoría de ellos se diagnostican en la edad adulta.

Existen más de 60 tipos de linfoma y se clasifican en dos grupos: linfoma de Hodgkin (LH) y  linfoma no Hodgkin (LNH). La incidencia del LH en países industrializados es de 4 por 100,000 habitantes, en tanto que la del LNH ha incrementado y es ahora el sexto cáncer más común con una incidencia de 14 por 100,000 habitantes.

Los linfoma no Hodgkin se pueden clasificar según la velocidad de su crecimiento en linfomas agresivos e indolentes. Los linfomas agresivos se desarrollan muy rápido y son más sensibles a los tratamientos, se pueden curar aproximadamente en tres cuartas partes de los casos. Los indolentes progresan más despacio, pero son menos curables de forma definitiva.

¿Qué puede causarlo?

Hasta la fecha no existe un único factor asociado, es una enfermedad multifactorial. Se sabe que cuando existe historia familiar de linfoma hay mayor probabilidad de desarrollar leucemia o linfoma. También son mas asiduos a estas neoplasias los pacientes con enfermedades autoinmunes y aquellos con terapia inmunosupresora. Algunos virus asociados son el virus de Epstein-Barr, herpes virus tipo 8, virus linfotrófico humano tipo 1, también la infección por Helicobacter pylori se asocia a un tipo de linfoma gástrico.

¿Cuáles son los síntomas asociados?

Los síntomas del Linfoma pueden variar dependiendo del tipo de Linfoma, el órgano afectado y de la velocidad de crecimiento que tenga. Siendo los síntomas más frecuentes: Sudoración nocturna, fiebre, escalofríos intermitentes, prurito, inflamación de los ganglios linfáticos, pérdida de peso, debilidad general, fatiga, anemia.

¿Qué debo hacer?

El diagnóstico es histopatológico y se requiere biopsia de ganglio linfático o biopsia de otros tejidos; se debe verificar mediante monitoreo de analíticas el correcto funcionamiento de todos los órganos y sistemas, los estudios de imágenes tienen función imprescindible desde el momento de diagnóstico así como durante el tratamiento y posterior a la quimioterapia. Lograr una respuesta completa al tratamiento es el factor más importante para determinar la sobrevida libre de enfermedad. La evolución y posibilidades de curación dependen cada vez más de la precisión del diagnóstico y del acceso al tratamiento.

Durante y posterior al tratamiento de quimioterapia el estudio ideal para evaluar respuesta a tratamiento es el PET-CT, este brinda información anatómica y metabólica de manera simultánea. Un PET-SCAN negativo establece curación del linfoma; los seguimientos médicos guiados por el médico hematólogo deben continuar de manera periódica.


Publicado en el:  Periódico El Nacional

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