La génesis del cáncer está dada por múltiples factores, dentro de estos factores juega un papel importante el sobrepeso y la obesidad, los cuales han adquirido proporciones epidémicas. La obesidad es el resultado de un desequilibrio energético, es decir, un consumo de energía superior a la energía que gastas, que también podría influir en el crecimiento de algunos cánceres.
Una de las razones que explica la relación entre la aparición de cáncer y la obesidad es que el tejido graso mediante la producción de hormonas y factores de crecimiento, y al fomentar la inflamación, podría alimentar directamente el crecimiento de tumores, afectando así la aparición del cáncer, su progresión, su recurrencia y la tasa de supervivencia. El sobrepeso y la obesidad están claramente asociados con un mayor riesgo de desarrollar muchos cánceres, incluyendo cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas, colon y recto, endometrio; y el adenocarcinoma del esófago, el riñón y el páncreas.
La obesidad también está probablemente asociada con un mayor riesgo de cáncer de vesícula biliar y también puede estar asociada con un mayor riesgo de cánceres de hígado, cuello uterino y ovario, así como linfoma no Hodgkin, mieloma múltiple y formas agresivas de cáncer de próstata.
Un estudio realizado en 2012 por la Organización Mundial de la Salud calculó que, en los Estados Unidos, cerca de 28,000 nuevos casos de cáncer en hombres (3,5 %) y 72 000 en mujeres (9,5 %) se debieron al sobrepeso o a la obesidad. También en los niños hay una estrecha relación entre la obesidad y la aparición de cáncer. Hay evidencia que demuestra que la obesidad en la infancia aumenta el riesgo de cáncer infantil como leucemia y algunos tumores cerebrales.
El sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de que un mismo tumor pueda reaparecer y de que sea menor la supervivencia libre de enfermedad. Estos datos sugieren que es importante para el sobreviviente de cáncer evitar el aumento de peso, además es igualmente importante mantener un peso saludable en aquellos pacientes que tienen un peso normal y se debe tomar medidas en aquellos pacientes que presentan sobre peso y obesidad al momento de ser diagnosticados.
El hecho de perder peso de manera voluntaria después de la recuperación del tratamiento se asocia a múltiples beneficios relacionados con la salud en general. Muchos estudios apuntan que una actividad física regular y el mantenimiento de un peso corporal saludable, junto a una dieta sana, podrían reducir considerablemente el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer.
Para perder peso de manera saludable es importante hacer cambios en el estilo de vida con la asesoría de un profesional en el área el cual te orientará sobre las cantidades que debes ingerir, los alimentos que debes evitar y la actividad física a realizar. No es bueno que iniciemos dietas estrictas por nuestra cuenta para bajar de peso.
Dra. Dilcia Rodriguez
Nutrióloga Clínica
Centro de Medicina Interna INCART.
