A causa de la crisis sanitaria que ha traído consigo el COVID-19, resulta de vital importancia enfatizar el impacto que tiene en el pronóstico de la enfermedad la detección temprana y el acceso oportuno a los tratamientos.
Desde el pasado 11 de marzo, cuando la OMS declaró oficialmente el estado de pandemia, los sistemas sanitarios del mundo se han visto en la necesidad de priorizar los esfuerzos y recursos en reducir los contagios y muertes por COVID-19, limitando con estas medidas el acceso de los pacientes crónicos a los servicios de salud, incluyendo los oncológicos.
El retraso en el diagnóstico e inicio de los tratamientos puede ser decisivo en pacientes con Cáncer de Mama agresivo, e incluso podría catalogarse como factor de “mal pronóstico”. Sin embargo, el impacto real de estos retrasos solo podrá ser medible objetivamente en unos meses o años.
El Instituto Nacional de Cáncer (NCI), de los Estados Unidos, proyectó unas 10,000 muertes adicionales por cáncer de mama y colorrectal en la próxima década en USA como resultado de la pandemia, es decir, un aumento de aproximadamente el 1% en la mortalidad.
Por su parte, autoridades del Instituto Gustave-Roussy, en Francia, estimaron que el retraso en los tratamientos podría resultar en un aumento del 2 – 5% de las muertes por cáncer de mama en los próximos 5 años.
Los resultados de un estudio británico publicado en agosto 2020 en The Lancet Oncology, son aún más alarmantes. Evaluaron el impacto de la pandemia en la mortalidad por cáncer relacionadas al retraso en el diagnóstico en el Reino Unido, estimando un aumento de un 7.9% a un 9.6% en la mortalidad del cáncer de mama a los 5 años luego del diagnóstico. (Lancet Oncol 2020; 21: 1023–34)
En estos momentos de crisis se hace fundamental el enfoque multidisciplinario en el contexto de una Unidad Funcional de Mama, de manera que se asegure el abordaje integral del paciente y se defina desde el inicio la estrategia terapéutica de cada caso particular.
Es responsabilidad del Estado establecer estrategias seguras de detección temprana de cáncer de mama, priorizando a la población de mayor riesgo, ya sea por edad, antecedentes personales o familiares, o presentación de signos y síntomas sospechosos; pero sigue siendo responsabilidad de cada persona, el cuidar de su estilo de vida y salud, acudir a sus chequeos médicos, tratamientos y seguimiento.
En el Instituto Nacional de Cáncer Rosa E. Sánchez Pérez de Tavares (INCART), tenemos toda la plataforma tecnológica, los recursos humanos capacitados y una logística eficiente para enfrentar esta enfermedad, aún en tiempos de crisis.
Adicional a esto, contamos con una Unidad Funcional de Cáncer de Mama, que es un grupo de especialistas que se reúnen cada semana a discutir casos de pacientes con lesiones sospechosas de mama para agilizar y confirmar diagnóstico oncológico o descartarlos, y así discutir de forma multidisciplinaria mejor abordaje, mejor estrategia terapéutica, todo esto realizado en la consulta donde todos los especialistas evalúan el caso en una sola cita.
Además, a los pacientes ya confirmados con diagnósticos de Cáncer de Mama, en dicha reunión se les completa estadiaje, le planifican el mejor tratamiento en el menor tiempo posible, y les acompañan a agilizar estudios de imágenes y laboratorio, todo esto con soporte de trabajo social y orientaciones continuas a nuestros pacientes.
Nuestro objetivo básicamente es lograr en el menor tiempo posible, diagnósticos y tratamiento oportuno.
Publicado en el: Periódico El Nacional
Por: Dra. Laura Quiroz
Oncóloga Radioterapeuta
| Centro de Imágenes INCART