Los antibióticos son los medicamentos más utilizados para el tratamiento de las infecciones bacterianas. Un uso correcto puede salvar vidas, ya que estos actúan impidiendo que se reproduzcan y se multipliquen las bacterias.
Los antibióticos se encuentran dentro de los medicamentos más recetados en el mundo y su descubrimiento ha constituido, sin lugar a duda, uno de los grandes avances de la ciencia y de la medicina, ya que su uso ha disminuido considerablemente la alta mortalidad debido a la gran cantidad de infecciones.
Desde el inicio de la utilización de los antibióticos, se ha registrado un aumento alarmante de la resistencia de los microorganismos, lo que representa una gran amenaza a la salud mundial y lo que ha causado la búsqueda de nuevos antibióticos para controlar esta situación.
Cuando se utilice un antibiótico, se debe hacer de manera adecuada y consciente. Para esto debemos tomar en cuenta los siguientes factores:
- Relacionar el microorganismo causante de la infección con el antibiótico correcto para cada situación. Esto debe hacerse, preferiblemente, basado en un cultivo microbiológico.
- Utilizar el antibiótico más efectivo para cada situación.
- Elegir el que tenga menos efectos adversos.
- Elegir la vía de administración más sencilla de utilizar.
La resistencia a los antibióticos es hoy en día una de las mayores amenazas para la salud mundial. La realidad es que la utilización inadecuada e irracional de los antibióticos es frecuente en la práctica médica y constituye uno de los factores más importantes en la ocurrencia de resistencia bacteriana.
Las consecuencias que se producen cuando existe una infección resistente a múltiples antibióticos pueden ser:
- El paciente prolonga su estadía en el hospital,
- Exige técnicas más complejas para realizar el diagnóstico
- Mayores posibilidades de falla del tratamiento
- Requiere antibióticos de mayor costo
- Aumenta el riesgo de muerte.
- Mayor utilización de recursos humanos para el manejo de la enfermedad
- Incrementa todos los costos médicos
Muchas veces los pacientes dejan de tomar el antibiótico cuando los síntomas molestos disminuyen o desaparecen, creyendo que la enfermedad ya ha sido superada.
Sin embargo, la desaparición de los síntomas no implica que las bacterias ya no estén presentes, pues aun pequeñas cantidades de bacterias pueden reiniciar el ciclo de la enfermedad. Asimismo, interrumpir el tratamiento recomendado contribuye a la aparición de resistencia bacteriana.
Para prevenir y controlar la resistencia a los antibióticos, la población general puede hacer lo siguiente:
- Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional de salud
- No solicitar la prescripción de antibióticos si los profesionales de la salud consideran que no son necesarios.
- Seguir siempre las instrucciones respecto al uso de los antibióticos.
- Lavarse las manos con frecuencia
- Mantener las vacunaciones al día.
Dra. Glenny Mirabal Alvarez
Enc. Programa de Prevención de Infecciones Intrahospitalarias INCART
Oficina: 809 289-2700 ext. 3018