La Quimioterapia y sus efectos secundarios

¿Qué es la quimioterapia?

La quimioterapia constituye una de las opciones terapéuticas que se emplean en el tratamiento del cáncer. Consiste en administrar un fármaco o combinación de fármacos que hay que elegir en función del tipo de tumor, de su localización y estado o de la edad del paciente. La mayoría de los medicamentos de la quimioterapia destruyen las células del tumor, alterando la síntesis o la función de los llamados ácidos nucleicos (ADN o ARN) que forman los genes de las células y que son fundamentales para que las células sobrevivan. Frecuentemente, la quimioterapia se administra como una combinación de varios medicamentos para aprovechar las distintas formas de matar células cancerosas de cada fármaco. Además, así disminuye la posibilidad de que el tumor se haga resistente a los medicamentos a largo plazo.

¿Durante qué tiempo se administran estos tratamientos de quimioterapia?

La duración total de los tratamientos de quimioterapia es muy variable y depende del tipo de cáncer, del paciente, del fármaco y de otros factores. Habitualmente oscila entre los 3 meses y los 2 años. La mayoría de los tratamientos se agrupan en unos pocos días y se administran de forma intermitente o en “ciclos”. El tiempo que transcurra entre la administración de los ciclos va a depender del fármaco utilizado, oscilando entre una semana y 6 semanas, siendo el intervalo más habitual entre 3 y 4 semanas.

Formas de administración de las quimioterapias:

La forma de administrar estos medicamentos varía según algunas de las características de los tumores o de los fármacos pudiendo emplear la vía intramuscular, subcutánea o intratecal.

La mayoría de los medicamentos de quimioterapia se dan por vía intravenosa, a través de una vena visible en la piel, o por venas más gruesas que se alcanzan mediante catéteres centrales. Estos catéteres los coloca el cirujano y pueden permanecer en el cuerpo mucho tiempo, permitiendo que los fármacos lleguen a la sangre sin peligro de salirse de la vena, además evitando que el personal de enfermería necesite buscar una vena y reduciendo el riesgo para el paciente.

 ¿Por qué se producen los efectos secundarios de las quimioterapias?

Las células de un tumor no son normales, sino que crecen sin control y de una forma más rápida que las normales. Los fármacos anticancerosos tratan la enfermedad matando las células que crecen rápidamente. Sin embargo, también hay células sanas y normales (como las sanguíneas, las del pelo y la piel y las del tubo digestivo) que crecen y se dividen rápidamente. Por ello, estas células sanas también pueden resultar dañadas por el tratamiento, y esa es la razón por la que la quimioterapia puede originar efectos secundarios. La quimioterapia se distribuye por todo el organismo, ya que las células cancerosas pueden haber emigrado desde el tumor original por medio de la sangre o de los vasos linfáticos y extenderse a otras partes del cuerpo, esto es lo que se llama metástasis. Por ello, los efectos secundarios pueden afectar a todo el cuerpo y no sólo donde está localizado el tumor.

Efectos secundarios  de las quimioterapias:

Los efectos secundarios de la quimioterapia varían en función del tratamiento de quimioterapia y de cada paciente. No todos los pacientes presentan estos efectos secundario y pueden variar mucho de una persona a otra según el tipo y localización del tumor, el tipo y la duración del tratamiento y las dosis utilizadas.

    • Náuseas y vómitos:
      Suelen aparecer y durar el tiempo de administración de la quimioterapia. Actualmente, existen medicamentos para prevenir estos síntomas, son los conocidos como antieméticos y los principales que se utilizan son los antagonistas del receptor de Serotonina 5-HT 3 como los son Ondansetron, y Granisetron.
    • Estreñimiento:
      Se puede producir porque algunos quimioterápicos y calmantes disminuyen el tránsito intestinal unido además a la inmovilidad en cama y a la disminución de ingesta de alimentos y bebidas. Los pacientes mejoran ingiriendo abundante liquidos sino tiene ninguna contraindicación y comidas ricas en fibras.
    • Diarrea:
      Se presenta en algunas ocasiones bien por una infección o por efecto de la quimioterapia sobre las células que tapizan el intestino. Puede resultar molesta, pero es un efecto reversible en poco tiempo.
    • Pérdida de apetito:
      Está causada generalmente por la sensación de malestar provocada por la medicación. Además, la quimioterapia daña directamente las papilas gustativas, causando alteraciones en la percepción de los sabores, por lo que muchos pacientes notarán cambios en el gusto de las comidas. Por ejemplo, algunos se quejan de que los gustos amargos son mucho más fuertes y que los dulces parecen menos dulces, mientras que otros enfermos notan un gusto metálico en los alimentos.
    • Fiebre:
      Aparece frecuentemente debido a la bajada de defensas que provoca el tratamiento o a causa de una infección. Existe una amplia batería de antibióticos muy potentes para combatir las infecciones.
    • Ulceras en la boca:
      Estas aparecen debido a que la mucosa oral se altera por el efecto de la quimioterapia sobre las células de la cavidad oral. Se puede aliviar el dolor con diversos analgésicos.
    • Pérdida de pelo:
      Se suele perder todo, incluso el de las cejas y el vello de otras partes del cuerpo, pero vuelve a crecer después de dos o tres meses del fin del tratamiento. El nuevo cabello no suele ser igual que antes, es más fuerte, rizoso y a mechas, en ocasiones.

 

 Otros efectos secundarios:

    • Mientras se está administrando el fármaco, pueden aparecer los siguientes síntomas:
    • Dolor local, debido a la punción de la vena.
    • Sensación de calor o quemazón durante la introducción del fármaco.

Por tal motivo los tratamientos oncológicos o citostaticos deben ser administrados en un hospital especializados con el personal capacitado, ya que se pueden presentar efectos secundarios que pueden poner en riesgo la vida del paciente desde un simple malestar general, náuseas y vómitos, hasta un efecto adverso severo, lo que necesita la intervención rápida del personal de salud a cargo.

Efectos secundarios a mediano y corto plazo:

Estos efectos secundarios se pueden producir durante las primeras horas y días, tras la administración de la quimioterapia como son las náuseas, malestar general, fiebre, vómitos, sensación de proceso gripal, etc…

Efectos secundarios a mediano y  largo plazo:

Estos efectos no se producen en todas las personas. Algunos ejemplos son:

    • Pérdida de peso: es debida a la mala absorción intestinal provocada por la acción de la quimioterapia sobre las células intestinales. El peso normal se recupera posteriormente.
    • Problemas cardiológicos: son secuelas de la administración de algunos quimioterápicos. Por esta razón la función del corazón es controlada estrechamente durante los tratamientos.
    • Alteraciones nefrológicas y del aparato urinario: pueden producirse por alteración de la función renal por efecto de la quimioterapia.
    • La disfunción gonadal: cualquier tipo de tratamiento anticanceroso puede repercutir en la fertilidad. Tanto hombres como mujeres pueden quedar temporalmente estériles. En los varones existe la posibilidad de conservar el semen si el riesgo de esterilidad es permanente. En ambos sexos puede haber disminución del deseo sexual, es efecto del tratamiento y no es permanente.
    • La fatiga: es un síntoma que se caracteriza principalmente por experimentar cansancio, laxitud, falta de energía, debilidad que no mejora con el descanso, y que en ocasiones se acompaña de dolor muscular o articular. Es un problema temporal que puede deberse al propio cáncer, a la quimioterapia, a la anemia o a los aspectos emocionales.

 

 ¿Cómo prevenir o minimizar los efectos secundarios?

    • Si presenta náuseas y vómitos:
      Distribuir la alimentación en pequeñas y frecuentes comidas a lo largo del día. Tomar bebidas y alimentos de fácil digestión y más bien fríos. Evitar los dulces, fritos, salsas y aderezos con vinagre. Cocinar preferiblemente al vapor y las carnes y pescados, a la plancha. Seguir bebiendo aunque se encuentre mal. Beber agua con gas. Chupar cubitos de hielo. Evitar el olor de las comidas mientras se están cocinando. Si la medicación le produce mal sabor de boca, chupe caramelos.
    • Si presenta estreñimiento:
      Tomar alimentos ricos en fibra (frutas, verduras frescas, cereales), zumos de naranja y de kiwi. Beber muchos líquidos, porque ayudan a reblandecer las heces, si no tiene ninguna contraindicación para ingerir abundante líquido. Las bebidas templadas suelen ser efectivas. Ejercicio leve, evitando estar mucho tiempo en el sillón o en la cama. Laxantes suaves, si lleva más de dos o tres días sin ir al baño. Acostumbrarse a ir al baño diariamente y a la misma hora. 
    • Si presenta diarrea:
      Beber abundantes líquidos para compensar las pérdidas. Seguir una dieta astringente, con alimentos ricos en proteínas y calorías, pero pobres en fibra y grasas, como plátanos y zumos de melocotón y uva. Evitar grasas, fritos o comidas picantes. Procure descansar.
    • Si no tiene apetito:
      Comer en pequeñas cantidades y con mayor frecuencia. Variar la dieta, experimentar con recetas nuevas, sabores, especias y diferentes tipos de comidas. Intente comer con otros. Le distraerá y animará a comer más. No beber antes de las comidas para evitar la sensación de saciedad.
    • Llagas en la boca:
      Además de la higiene bucal habitual, siga las siguientes recomendaciones: Utilizar enjuagues bucales y no el cepillo de dientes. Limpiar insistentemente las placas que se puedan formar y que pueden sobre infectar las pequeñas úlceras. Beber agua frecuentemente si se tiene la boca seca.  Si tiene dolor utilice enjuagues con componente anestésico, hacer gárgaras antes de comer le evitará dolor al masticar o tragar.  Proteger los labios de grietas, con crema protectora, cacao o vaselina.
    • Para la pérdida del pelo:
      Hasta que el cabello se caiga, utilice champú suave y cepillos de cerdas blandas y evite los secadores. Cortarse el pelo “poco a poco” antes de que comience a caerse para familiarizarse con el cambio de imagen de forma progresiva. Cuando empiece a caerse, córtese el resto, así evitara la caída lenta y continua que durante días produce picores y molestias. Además, la cabeza totalmente limpia de cabello le va a proporcionar mejor aspecto. Se pueden utilizar peluca, pañuelo, sombrero, gorra para taparse la cabeza o nada. Haga lo que mejor vaya tanto a su imagen como a su comodidad.
    • Para la fatiga:
      Intentar programar el día de forma que se realicen las actividades a la hora en que se sienta más alerta y lleno de energía. Intentar realizar pequeños descansos entre actividades. En ocasiones es importante realizar una pequeña “siesta” después de las comidas. Tratar de acostarse y de despertarse a la misma hora todos los días,  dar pequeños paseos, mantener las actividades con las que disfrute pero en menor duración e intensidad.

 

Otras medidas preventivas:

Mantener un estado nutritivo equilibrado ayuda a sobrellevar mejor la quimioterapia y tener mayor sensación de bienestar. Una dieta equilibrada incluye alimentos de todos los grupos (verduras, frutas, legumbres, pescados y carnes) y deberá incluir muchas proteínas, féculas, vitaminas, minerales y fibra. Algunas personas que reciben quimioterapia o radioterapia mantienen un estado nutritivo adecuado y no padecen efectos secundarios (diarrea, estreñimiento, náuseas, etc.) o los presentan de forma muy leve. Conviene mantener la piel hidratada durante el tratamiento con quimioterapia, sobre todo en las zonas de mayor sequedad, a fin de evitar la formación de grietas en las zonas de roce (codos, pies, etc.). Son recomendables las cremas hidratantes  (hidratante y calmante). También hay que utilizar crema de alta protección y evitar la exposición al sol, debido a la mayor sensibilidad a la luz solar. Es importante acudir al dentista antes de comenzar el tratamiento con quimioterapia, ya que un pequeño problema se puede agravar con el desarrollo de úlceras bucales.

Las técnicas de relajación ayudan y a la vez aumentan la confianza del paciente para enfrentarse a la enfermedad, así como asistir a su iglesia, ya que estudios demuestran que pacientes que practican algún tipo de fe son más positivo al momento del tratamiento.


Publicado en el:  Periódico El Nacional

Por: Dra. Lidia J. Brito Jimenez
Médico Familiar – Médico Asistente Quimioterapia
| Hospital de Día, INCART

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